Muchas veces damos por hecho el respeto que nos tenemos a nosotros mismos, aunque en la práctica no sea siempre así.
Vayamos al origen de la palabra respeto, proviene del latín respectus, que significa «atención» o «consideración» y según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), entre otros significados, el respeto está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien e incluye miramiento, consideración y deferencia.
Vayamos al origen de la palabra respeto, proviene del latín respectus, que significa «atención» o «consideración» y según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), entre otros significados, el respeto está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien e incluye miramiento, consideración y deferencia.
Por lo que creemos que la consideración a los demás, debe empezar por nosotros mismos. Dejamos de respetarnos cuando vivimos una vida sin sentido, nos agredimos o dejamos que los demás nos agredan física o psicológicamente, cuando mantenemos hábitos de vida poco saludables, cuando nos exigimos más de la cuenta sin considerar el daño que nos hacemos. Sin embargo, cuando empezamos a conocernos, a exigirnos sin hacernos daño, a cuidar nuestro cuerpo adecuadamente, a mejorar como personas, cuando aprendemos de nuestros errores y a perdonarnos por ellos, podemos decir que nos estamos respetando.
El autorespeto no
significa ponernos por encima de los demás, sino en un plano de igualdad que
nos lleve a cuidarnos y a sentir que los demás también necesitan desarrollarse
y quererse.
Si mejoramos el respeto que nos tenemos a nosotros mismos, conseguiremos un mayor respeto de las personas que nos rodean, mejorará nuestra relación con ellas y nuestra autoestima aumentará.
Si mejoramos el respeto que nos tenemos a nosotros mismos, conseguiremos un mayor respeto de las personas que nos rodean, mejorará nuestra relación con ellas y nuestra autoestima aumentará.
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