viernes, 30 de diciembre de 2016
¡¡¡BIENVENIDO NUEVO AÑO!!!
¡¡¡Disfrutemos lo que somos, hacemos, tenemos!!!
jueves, 1 de diciembre de 2016
El sabio y el rey
Un rey soñó que había perdido todos los dientes,
consultó a un sabio
para
que interpretase su sueño
y le dijo:
-¡Qué desgracia Mi Señor!. Cada
diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra
Majestad.
-¡Qué insolencia!, gritó el rey enfurecido. ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
-¡Qué insolencia!, gritó el rey enfurecido. ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran
cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro sabio
y le
contó lo que había soñado.
Éste,
después de escucharlo,
le
dijo:
-¡Oh Señor! Gran
felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos
vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del rey con
una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando éste salía
del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
-¡No es posible! La interpretación que
habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No
entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas
de oro.
-Recuerda bien amigo mío, respondió el segundo sabio, todo depende de la forma en que nos comunicamos. De allí depende muchas veces la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
-Recuerda bien amigo mío, respondió el segundo sabio, todo depende de la forma en que nos comunicamos. De allí depende muchas veces la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
La verdad debe ser dicha en cualquier
situación, más
la forma con que la
comunicamos puede cambiar el ánimo y la disposición de quién la escucha.
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